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Diario de un Pediatra Aguerrido

abril 15, 2012, Author: Antonio Castillo


Una familia inglesa acude a urgencias con su hijo. Los ‘guiris‘, como les llamamos de manera cariñosa, tienen un concepto de la perentoriedad diferente a nuestros compatriotas, y todos los que trabajamos en urgencias, lo sabemos. Su concepto de enfermedad es, ¿cómo lo diría?, algo distinto.
Solo hablan inglés y me arranco con mi lenguaje anglo-sajón, de supervivencia.
-¿Cuál es el problema que aqueja el niño? -digo mirando a un chaval de unos 6 ó 7 años, rubio, y de rostro rojo porque a ellos nadie les ha explicado que el sol andaluz es algo diferente a la luz vahída y sin fuerza de sus islas.
-Tiene molestias en el brazo derecho, porque se ha caído.
Exploro al niño y, evidentemente, tiene mucho dolor al moverle el hombro, que el chico parece disimular, quejándose bien poco. Especialmente dolorosa parece la palpación de la clavícula izquierda.
-Le voy a hacer una radiografía porque parece que tiene rota la clavícula.
Diez minutos después, la radiografía confirma la sospecha. Veo de nuevo al muchacho y al no haber observado anteriormente heridas ni erosiones en la zona, le pregunto:
-¿Dónde se ha caído?
-En el parque, con un monopatín.
-Pero … ¿cuándo se ha caído?, porque no hay heridas ni magulladuras…
-¡Ah!, no, fue la semana pasada…
Así que el chaval anduvo con la clavícula rota una semana.
Cosas de ‘guiris‘…